Vals con Bashir de Ari Folman (2008)

30.12.2020

"Entonces pasó algo, su cámara se rompió. Me contó que la situación se volvió traumática para él cuando llegaron cerca de las caballerizas de Beirut. Vio una enorme cantidad de cadáveres de caballos árabes masacrados. Me partió el corazón, me dijo. ¿Qué habían hecho aquellos caballos para merecer tanto sufrimiento? No pudo soportar ver aquellos caballos muertos y heridos. Había utilizado un mecanismo para permanecer al margen de los acontecimientos; como si estuviera viendo una película de la guerra, en lugar de estar participando en ella, aquello le protegió. Una vez que se vio inmerso en los acontecimientos, no pudo seguir negando la realidad. El horror le rodeaba y le entró pánico."


Largometraje escrito y dirigido por el cineasta israelí Ari Folman, con música compuesta por Max Richter y con la dirección artística de David Polonsky, trata los hechos acontecidos durante la guerra del Líbano (1982) . En su año de estreno tuvo una buena acogida por parte de la crítica; ganadora del Globo de Oro a mejor película de habla no inglesa, así como varias nominaciones, como al Oscar a la mejor película de habla no inglesa o a la Palma de Oro del festival de Cannes.

La película, animada y escrita en forma de documental, sigue al propio Ari Folman (que con 19 años formaba parte de las fuerzas de defensa israelíes) en su tarea de recuperar los recuerdos perdidos de la guerra del Líbano de 1982 y, particularmente, la noche de la masacre de Sabra y Chatila. A partir de entrevistas con antiguos compañeros irá reconstruyendo los hechos y determinando qué papel jugó en ellos. 

Antes de empezar con la crítica propiamente dicha, creo necesario poner un poco en contexto a la película, intentaré resumir un acontecimiento de una complejidad histórica enorme. La masacre de Sabra y Chatila tuvo lugar durante la invasión de Israel en 1982, cuyo objetivo era expulsar a las fuerzas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Ese mismo año ,el 23 de agosto, Bashir Gemayel, líder de las Fuerzas Libanesas y alto mandatario de la Falange Libanesa, es elegido presidente del Líbano con el apoyo de Israel. Días más tarde, Gemayel es asesinado junto a otras 40 personas durante una reunión. En la tarde de ese mismo día, diversos mandatarios acordaron que el ejército israelí invadiese Beirut Oeste, ya que consideraban que aun quedaban milicianos de la OLP dentro de Beirut. Acordaron que el ejército israelí no entrase en los campos de refugiados palestinos y que las falanges libanesas fueran enviadas para encontrar combatientes de la OLP. Pero estos, tras el asesinato del presidente cristiano del Líbano, Bashir Gemayel, buscaban venganza. A los falangistas se les dieron órdenes de que no hirieran a civiles. Sin embargo, los propios oficiales israelíes reconocieron que la situación podía desencadenar en una "matanza implacable". Un acto que terminaría con cientos o miles de fallecidos (dependiendo de las fuentes) y que la Asamblea General de las Naciones Unidas condenó como un acto de genocidio. 

Concluida esta introducción, pasaré a desarrollar las cuestiones principales que se plasman en el film. Caeríamos en el error si considerásemos a Vals con Bashir como una película exclusivamente histórica, pues tal y como está planteada, toman una mayor consideración las cuestiones psicológicas. Cuestiones que, eso sí, tienen su causalidad en el relato histórico que se está tratando y que, además, podrían extrapolarse, alcanzando un carácter universalista. La primera de esas cuestiones es la memoria, concretamente como funciona la memoria en una situación traumática. En el caso de Vals con Bashir, un soldado que "decide olvidar" una situación traumática, como es verse implicado en un genocidio. Años más tarde le vienen unas imágenes que no es capaz de comprender. Estoy hablando de la escena de las bengalas, escena sobre la que gira toda la película. Un recuerdo que al principio el protagonista no es capaz de comprender, una mancha permanente en su memoria y que ahora ha visto la luz. Las bengalas, que para el momento de los hechos pasarían desapercibidas, se convierten aquí en una representación del trauma, una imagen que se ha grabado en la memoria para siempre. Otra cuestión que se plantea es el trastorno disociativo, un mecanismo para permanecer al margen de los acontecimientos, pero como cualquier mecanismo también puede tener fallas. 

Pero como ya sabréis, en una película lo importante no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. En este caso, Vals con Bashir es una película animada que utiliza esta técnica para dotar a la historia de una mayor complejidad estética y narrativa, gracias a las propiedades metamórficas de la animación, como hacer avanzar el tiempo mediante cambios de color, etc. También es una película que presenta una cierta dualidad, por una parte, tenemos la parte histórica con un acercamiento más documentalista y por otra parte tenemos el conflicto psicológico, con un mayor peso de los componentes estéticos; donde el color y el movimiento plasman este conflicto y provocan nuestra empatía. Sin embargo, una parte influye a la otra, por lo que no tenemos la sensación de que nos estén contando dos películas distintas. Una unidad que se consigue por medio del montaje, un montaje que se plantea como un intercambio de escenas de entrevistas con una imagen más realista; con escenas de la mente, de los recuerdos, con una imagen más lírica, donde la imaginación del autor va a la par con las posibilidades prácticamente ilimitadas de la animación. También es una película que funciona desde su vertiente de cine de denuncia gracias al relato histórico que se limita a contar los hechos sin emitir juicios de valor.

En definitiva, un película necesaria por su parte de documental histórico y emocionante por los conflictos psicológicos que plantea.



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