La Conversación de Francis Ford Coppola (1974)

17.02.2021

"Él nos mataría si tuviera ocasión"


Película estadounidense estrenada en 1974. Fue escrita y dirigida por Francis Ford Coppola y protagonizada por Gene Hackman, John Cazale, Robert Duvall, Cindy Williams y Frederic Forrest. La música fue compuesta por David Shire, para la cual empleó una partitura de piano y técnicas de la música concreta. Además, el propio Coppola ha citado a Blow-Up de Michelangelo Antonioni como una influencia clave en la concepción de su película.

Harry Caul (Gene Hackman), un detective experto en sistemas de seguridad y vigilancia recibe el encargo de captar la conversación de dos jóvenes en una abarrotada Union Square de San Francisco. Cuando Harry Caul descubre que dicha conversación puede llevar a un inminente peligro, emprende un camino que lo llevará a un estado de obsesión y culpabilidad fruto de sus fuertes convicciones religiosas.

El mismo año en que se estrena "El Padrino: parte II", obra maestra incontestable, se estrenó también "La Conversación". Ambas de Coppola, ambas obras maestras que parten de diferentes enfoques; la primera más clásica, la segunda con una tendencia más vanguardista. Quizás por esta razón a "El padrino: parte II" le concedieron el Oscar a la mejor película, mientras que "La Conversación" fue reconocida con la Palma de Oro del festival de Cannes. 

Como ya dije antes, Blow-Up de Michelangelo Antonioni fue una fuente de inspiración para Coppola. También nos encontramos con el escándalo Watergate, el cual salió a la luz pocos años antes del estreno de la película y que sin duda influyó en el modo en que el público coetáneo vio la película. Pero más allá de las consideraciones de la actualidad de la época, La Conversación es tan válida en nuestro tiempo como lo fue en la fecha de su estreno. Este carácter atemporal se lo debemos a dos aspectos de la película; el primero al profundo tratamiento psicológico del protagonista, ya que como observó William Faulkner: "La naturaleza humana es el único tema que no envejece"; el segundo pone de manifiesto lo concreto del arte cinematográfico, lo ontológico del séptimo arte. Algo que no debería sorprendernos, puesto que muchos de los directores de la "Nueva ola americana" venían de la academia y mostraron un especial cuidado por las formas cinematográficas. 

Para comenzar un análisis del personaje de Harry Caul debemos retrotraernos a la Edad Media, cuando Giordano Bruno crea "el gusano del pensamiento"; un ser capaz de crear acontecimientos específicos dirigidos a un individuo singular los cuales revelarían su verdadera personalidad. En el cine la verdadera personalidad que se esconde tras la caracterización de un personaje se descubre a través de las decisiones tomadas ante dilemas, algo que por otra parte es habitual ver en el cine. En este caso, Harry Caul tiene el dilema de si debe inmiscuirse en asuntos ajenos y traicionar su profesionalidad para actuar según su moral. Sin embargo, la grandeza de un personaje, lo que le da una mayor dimensión, la encontramos en la existencia de la contradicción. Tanto el Harry Caul de Francis Ford Coppola como el Macbeth de William Shakespeare presentan la contradicción de su ambición, por un lado, y su culpabilidad por otro. En el caso de Harry Caul el origen de su contradicción la hallamos en una fuerte competitividad dentro de su trabajo, por una parte, y en sus fuertes convicciones religiosas por otra. 

Atendiendo a lo concreto del cine que enunciaba antes descubrimos que a lo largo del film se desarrolla un concepto esencialmente cinematográfico; hablo de la observación, el ver sin ser visto. Al igual que Harry Caul viola la privacidad de las personas objeto de su trabajo; nosotros, como espectadores, violamos la privacidad de este en la intimidad de su apartamento. Solo nosotros observamos a Harry en los momentos de mayor vulnerabilidad, solo nosotros observamos a Harry en su obsesión que lo llevará a la enajenación. Además del paralelismo entre el espectador y el protagonista, también observamos un paralelismo entre el protagonista y el oficio cinematográfico. Por ejemplo, el momento en que Harry monta la "escena" de la conversación o modifica el audio mediante filtros. Esto nos lleva a una conclusión, La Conversación no es solo una película de espionaje; en ella se inscribe un discurso que habla del propio cine. 

En definitiva, una película absolutamente magistral, entretenida, con unos personajes complejos y con diferentes capas de interpretación que nos llevan a la naturaleza humana y a la esencia del cine.


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