La carreta fantasma de Victor Sjöström (1921)

02.06.2021

"Adondequiera que vaya, es recibido con dolor y consternación"


Clásico indispensable en la Historia del cine europeo en donde el propio cineasta sueco Victor Sjöström toma el papel de director, guionista y actor protagonista. Una película cuyo legado ha llegado a nuestros días; llegando a ser reconocida, a través de las votaciones de 50 críticos para la revista de cine FLM, como la mejor película sueca de la historia.

Adaptación de la novela Körkarlen (El carretero de la muerte) (1912). En Nochevieja tres borrachos evocan una leyenda. La leyenda dice que, si una persona es una gran pecadora y es la última en morir ese año, tendrá que conducir durante los siguientes doce meses la carreta fantasma, recogiendo las almas de los muertos. David Holm, uno de los tres borrachos muere en el último golpe de la medianoche...

Victor Sjöström nació en el seno de una familia pobre de Silbodal (Suecia) en 1879. Su carrera artística, con la oposición paterna, la inició en el teatro con compañías que recorrían Finlandia. Después de una corta estancia en los estudios de Pathé en Paris, Sjöström regresaría a Suecia para trabajar en los Svenska Biograf Studios; primero como actor y, fundamentalmente, como director, con más de una treintena de películas realizadas hasta el estreno de la que aquí estamos analizando. Con todo Victor Sjöström quizás sea más conocido para el gran público por haber protagonizado esa obra maestra de Ingmar Bergman llamada Fresas salvajes / Smultronstället (1957), con escena de la muerte incluida.

La carreta fantasma supuso la obra cumbre de Victor Sjöström. Producida por la Svenska Filmindustri y estrenada el 1 de enero 1921, es una de las películas clave de los años 20 del siglo pasado. Una década que trajo consigo una autentica revolución en el mundo del cine, surgiendo movimientos como el expresionismo alemán, el impresionismo francés, el escapismo americano, o realismo romántico, y un largo etcétera. La carreta fantasma se situaría dentro del llamado naturalismo escandinavo; un movimiento que surgió, al igual que el expresionismo alemán e impresionismo francés, como un rechazo al realismo romántico que se estaba realizando en Estados Unidos. Estos realizadores escandinavos, al igual que algún estadounidense, criticaban el realismo romántico por no ser lo suficientemente realistas como para reflejar los problemas sociales de la época. Un cine que se caracterizaba por el origen literario de sus películas, tanto Mauritz Stiller como el propio Victor Sjöström procedían del teatro y, en contraposición a la luz artificial en interiores que se empleaba en Estados Unidos, preferían el uso de la luz natural en exteriores por la implicaciones expresivas del paisaje y un empleo narrativo de la luz (y la sombra) en los interiores. Por lo tanto, la expresividad de este cine venía dada por el paisaje en exteriores y por la luz controlada en interiores y, en el caso de La carreta fantasma, con fuertes implicaciones con el expresionismo alemán en el uso de la sombra.

La película de Victor Sjöström es, junto a Avaricia / Greed (1924) de Erich von Stroheim, uno de los relatos más descarnados de lo peor que habita en el ser humano, concretamente, un relato sobre el alcoholismo y todos los problemas sociales que conlleva. Esta destaca por su modelo narrativo, por la técnica de la doble exposición y por el uso que hace de la sombra. 

El modelo narrativo de La carreta fantasma, al igual que en Intolerancia / Intolerance (1916) de D.W. Griffith, se caracteriza por el empleo de números flashbacks que van retratando la bajeza moral del protagonista, con el clímax narrativo en una escena de violencia domestica en la que David Holm, al igual que Jack Torrance en El resplandor / The Shining (1980) de Stanley Kubrick, rompe la puerta con un hacha para atrapar a su esposa e hijos. Otra de las características que mencioné fue el uso de la doble exposición en la representación del mundo metafísico, con especial hincapié en la escena en la que David Holm abandona el mundo físico en su encuentro con la muerte. El carretero recoge las almas de los muertos en unas escenas de una belleza poética espeluznante, y si en la escena de violencia domestica nos acercamos a la vía del terror por medio del realismo, aquí estaríamos acercando a un terror espiritual. Por último, tenemos el uso de la sombra, que viene del teatro de sombras de tradición árabe. Sjöström emplea la sombra que proyectan los personajes como una forma de anticipar el movimiento, y de una forma simbólica para conocer las jerarquías y el estado psíquico de los personajes ya que la sombra es una representación de la esencia bidimensional del sujeto tridimensional, tal como haría, según Plinio el Viejo, la hija del alfarero Butades con el fin de recordar a su amado.

Ya han pasado 100 años desde el estreno de La carreta fantasma y todavía sigue dando que hablar. Sin duda, uno de los hitos más importantes de la Historia del cine. En palabras de Román Gubern, un "auténtico tour de force técnico".


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