Jules y Jim de François Truffaut (1962)
Me dijiste: "Te quiero", yo te dije: "Espera". Iba a decir: "Tómame", y me dijiste: "Vete"
"No, no es un honor. Es mi despacho"
La película del madrileño Rodrigo Sorogoyen fue la gran ganadora de los premios Goya 2019; de las 13 nominaciones acabaría consiguiendo los permios a mejor dirección, mejor actor principal para Antonio de la Torre, mejor actor de reparto para Luis Zahera, mejor guion original, mejor montaje, mejor música original para Olivier Arson y mejor sonido.
Manuel (Antonio de la Torre), es un influyente vicesecretario autonómico, que lo tiene todo a favor para dar el salto a la policía nacional, se ve atrapado en una espiral de supervivencia a partir de unas filtraciones que le implican en una trama de corrupción. Manuel es expulsado del reino, señalado por la opinión pública y traicionado por los que, hasta hace unas horas, eran sus amigos. Aunque el partido pretende que él cargue con toda la responsabilidad, Manuel no se resigna a caer solo.
El Reino es una película que se plantea como una persecución,
un thriller en donde el personaje de Antonio de la Torre hace las veces de
perseguidor y perseguido. Si nos detenemos en el personaje protagonismo estará
claro que a todos nos parecerá un personaje negativo el cual debe ser juzgado;
sin embargo, la mirada que deposita sobre él Sorogoyen hace que empaticemos
mucho con el personaje y deseemos que consiga sus objetivos. Aquí encontramos
una de las muchas virtudes de El Reino, que a pesar de tratar un tema que está
muy de actualidad en el estado español, no toma el rumbo de un falso documental,
a pesar de que existen ciertos paralelismos con la realidad, y mediante
diferentes elementos cinematográficos nos recuerdan que estamos viendo una
historia ficticia.
En primer lugar, una puesta en escena cuidadísima, unos encuadres en donde destacan los primeros planos de los momentos de mayor dramatismo y el uso de la cámara en mano con las escenas de mayor dinamismo. Pero si hay algo que le da dinamismo a la película eso es sin duda la música, composiciones de música electrónica realizadas por Olivier Arson; impresionante su proyecto Territore, para mí "Alix" el disco nacional del año 2018. A través de estos elementos nos podemos alejar de nuestros propios principios y, eventualmente, empatizar con el protagonista.
Y me gustaría terminar en un momento de la película que, sin entrar en muchos detalles se desarrolla en una casa ajena al protagonista. Para mi la mejor escena de la película, ya de desde el principio toma una estética que recuerda al cine negro. Un plano secuencia de diez minutos con un aumento progresivo del misterio, misterio que aumenta con cada planta de la casa y que se desarrolla hasta convertirse en tensión y violencia, teniendo el espacio arquitectónico como un espacio narrativo. Un ejemplo perfecto de la conjunción entre el cine y la arquitectura, del griego antiguo ἀρχιτέκτων (architéktōn), compuesto por ἀρχός (archós) ("jefe", "guía") y τέκτων (téctōn) ("constructor")
Me dijiste: "Te quiero", yo te dije: "Espera". Iba a decir: "Tómame", y me dijiste: "Vete"
"Esta es la historia de Massai, el último guerrero apache."
"Me temo que he matado a un hombre"