El ladrón de Bagdad de Raoul Walsh (1924)

18.08.2021

"La felicidad hay que ganársela" 


Restauración de una de las cumbres del cine mudo norteamericano; la cual, fue dirigida por el cineasta norteamericano Raoul Walsh, protagonizada y producida por Douglas Fairbanks y distribuida por la United Artists en 1924. Una adaptación de "Las mil y una noches" que incluye las composiciones de Carl Davis con los icónicos temas de inspiración oriental creados por Nikolai Rimsky-Korsakov. Disponible en Filmin.

Un ladronzuelo de dedos hábiles que actúa en las calles de Bagdad entra un día en palacio del Califa con intención de robar un tesoro. Allí ve a la princesa y se enamora de ella. Junto con un colega traman un plan para raptarla, aprovechando que se va a celebrar una audiencia de pretendientes para casarse con la princesa.

En el año 1917, fruto de una demanda judicial, se disuelve la Motion Picture Patents Company. Fruto de esa disolución, los independientes a Edison empiezan a conformar sus grandes imperios cinematográficos, naciendo así la industria del cine y conformando la llamada "época dorada de Hollywood". 

De hecho, si hay algo que define el cine estadounidense de los 20 es la aparición de los grandes estudios (majors), compañías que es su mayoría fueron creados por migrantes de clase trabajadora. Como el caso de la Famous Players-Lasky Corporation, más tarde, la Paramount Pictures; de la Warner Bros, o de la Metro-Goldwyn-Mayer, que se terminaría convirtiendo en la más grande de todas. También aparece la United Artists Corporation, una compañía creada por Charles Chaplin, Douglas Fairbanks (protagonista de la película), Mary Pickford y David Wark Griffith; con la intención de tener un mayor control sobre su producto. Con todo esto, unido al sistema de estudios vigente, el cine se profesionalizaría cada vez más; se definió un modelo claro de producción en el que que el producto pasaba por diferentes áreas hasta que llegaba hasta el jefe de estudio, el productor y el director para que diesen el visto bueno y a partir de ahí distribuir la película. Este fue el modelo de producción empleado en "El ladrón de Bagdad" y en muchas otras películas; como "Las dos tormentas" de D.W. Griffith, "Los diez mandamientos" de Cecil B. DeMille o "Ben-Hur" de Fred Niblo. Grandes filmes de aventuras con un componente romántico muy claro, las cuales tenían la intención de entretener al público  y, a la vez, desatar sus emociones. Por lo que, este contexto, fue determinante no sólo para entender la película que nos ocupa, sino para entender toda la producción cinematográfica de un país.

Una vez vistos las características comunes en la industria cinematográfica estadounidense, pasemos a los elementos concretos del filme. Es decir, el director, el protagonista, los elementos del lenguaje cinematográfico y el efecto que produce en el espectador. 

El director, Raoul Walsh, de origen irlandés, nace en 1887 en Nueva York, Estados Unidos. Su carrera en el mundo del espectáculo comienza como actor de teatro en Nueva York, aunque pronto pasaría a actuar en el cine. A lo largo de su carrera cinematográfica como director realizó más de un centenar de películas, con una clara tendencia por el género de aventuras. Realiza su debut en la dirección en el año 1912, con la película "Life of Villa", en la que el revolucionario mexicano Pancho Villa se interpretó a sí mismo. En 1914 trabajó para D.W. Griffith en "El nacimiento de una nación" (una de las películas más polémicas de la historia del cine), al año siguiente, realizó "Regeneration" en 1915 y en el 24 cosechó un gran éxito con "El ladrón de Bagdad". 

La película que tenemos entre manos, la podemos enmarcar dentro de género de aventuras, como lo fue también "Los tres mosqueteros" de Fred Niblo (1921). Su protagonista lo podemos identificar como un héroe individual, en el sentido de un personaje con unas habilidades especiales el cual tiene el objetivo de conseguir algo que el espectador también desea, en este caso, la mano de la princesa, con todas las connotaciones hetero-patriarcales que ello implica. Pero más allá de cuál es el objeto de deseo del protagonista, podemos ver la típica estructura del personaje heroico que tantas veces hemos visto a lo largo de la historia del cine; lo que convierte a Douglas Fairbanks en uno de los primeros héroes que ha dado el cine. 

La película, en su dimensión estética, la podemos destacar por el movimiento, los decorados, los efectos especiales y el color. Un movimiento que se traduce en acción, en la filmación del cuerpo como protagonista estético del filme, con una mayor importancia de la actuación física que emocional. Unos decorados espectaculares en donde vemos una clara influencia de "Intolerancia" de D.W. Griffith (1916) y unos efectos especiales formados por cortes, sobreimpresiones, etc; en definitiva, aquello que llamamos la magia del cine, es decir, lo que el cine es capaz de poner ante nuestros ojos. También destacar el tintado de planos tan típico durante la etapa muda; mediante unos tintes que solían servir como un código cromático para que el espectador situara la acción en una localización determinada o para indicar determinadas condiciones atmosféricas, por lo tanto, buscaban la representación realista de la naturaleza, mas que la mímesis de esta, dicho de otro modo, la idea que conlleva esa realidad antes que la representación objetiva de dicha realidad.

Por último, determinar qué respuesta se busca en el espectador. En esta, como en otras películas coetáneas, se busca el asombro, el entretenimiento del público a través de unas imágenes que van más allá de la realidad. Unas imágenes que emergen de la imaginación, la fantasía. También se busca la emotividad con una trama romántica que conecta con la realidad social y una moraleja sencilla de identificar. Por lo tanto, esta película busca tanto el asombro a través de la fantasía, y la empatía a través de la realidad.

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