El Hijo de Saúl de László Nemes (2015)

"Sonderkommando: palabra alemana.

En la jerga de los campos de concentración término que designaba a un grupo de prisioneros, también llamados "portadores de secretos" (geheimnisträger).

Los miembros de ese grupo eran separados del resto del campo, y trabajaban unos meses, antes de ser ejecutados."

Primer largometraje realizado por el cieneasta húngaro László Nemes, y escrita por él mismo junto a Clara Royer. Una película protagonizada por Géza Röhrig que ha tenido una acogida brillante; ganando, entre otros, el Oscar a mejor película extranjera y el gran premio del jurado en Cannes.

Auschwitz, 1944. Saul Auslander es un prisionero húngaro que trabaja en uno de los hornos crematorios de Auschwitz. Es obligado a quemar todos los cadáveres de los habitantes de su propio pueblo pero, haciendo uso de su moral, tratará de salvar de las llamas el cuerpo de un joven muchacho a quien él cree su hijo; por lo que buscará un rabino para poder enterrarlo decentemente.

A lo largo de la historia del cine se han hecho numerosas películas donde han tratado el tema del holocausto, pienso en "La lista de Schindler" o en "La vida es bella", por citar dos de las más conocidas. Un tema tan tratado que algunos incluso lo consideran un género cinematográfico; desde mi punto de vista, es un cine que comparte ciertos códigos con otros géneros, como el carcelario, el bélico o el histórico; por lo que no se diferencia lo suficiente para llegar a ser considerado un género. Otra de las características de este cine, sobre todo de aquellas películas que llegan al gran público, es el punto de vista general desde donde está narrada la película; protegiendo al espectador de la dureza de la historia. En El hijo de Saul, László Nemes rompe con este esquema y se centra en lo concreto del protagonista, en lo concreto de Saul Ausländer; y lo hace a través del lenguaje cinematográfico con un estilo muy marcado.

Un estilo que el propio László Nemes ya usaría para uno de sus primeros trabajos, el cortometraje "Con un poco de paciencia" / "Türelem" del año 2007. En este trabajo ya podemos observar ciertas características que marcan el estilo de "El hijo de Saul". En primer lugar, atendiendo a lo concreto de Saul que decía antes, la cámara encuadra la mayor parte de la película el rostro de Saul en un primer plano así, junto al formato 4:3 de la imagen, le da una mayor importancia al personaje que a su entorno. Otra característica que cumple con este cometido es el uso de una escasa profundidad de campo, en algunas es tan poca la profundidad de campo que solamente el rostro de Saul está enfocado. Esta poca profundidad junto a esos planos tan cerrado nos "ocultan" la realidad que estamos viviendo, por lo tanto, la cámara realiza una especia de mímesis con Saul el cual se abstrae de lo que le rodea como una forma de protección. Sin embargo, este mecanismo no es perfecto y todo lo que queda oculto a la vista, se escapa a través del sonido. Esta fuga de sonido nos sitúa en el centro de la acción y nos acerca al horror que padece en sus carnes el propio Saúl. 

El hijo de Saúl es una película que ha demostrado que, un tema que parecía que no daba más de sí, hay muchas formas y perspectivas de tratar el holocausto. Resulta paradójico que un pueblo tan masacrado y documentado se haya convertido en verdugo con el apoyo de la comunidad internacional.